​Dinámica, creativa, a veces desafiante y siempre profunda, mis clases van desde Hatha yoga hasta restauración. Están diseñados para llenarte de amor, para dar paso a una mente clara y un cuerpo fuerte a largo plazo.

Preocupado por la alineación y la seguridad, animo a mis alumnos a analizar continuamente, con cada respiración, su estado físico y mental. Quiero que salgan del aula equipados con herramientas para llevar su práctica de la alfombra a la vida cotidiana.

El camino hacia el yoga que ofrezco es un proceso de transformación que comienza con la mejora de la postura.
Los resultados se reflejan en una práctica de asana más consciente.

De esta forma, las posturas se trabajan de adentro hacia afuera, no solo para lograr la forma, sino también para brindar las bases para poder desarrollar de manera respetuosa y amena las potencialidades de cada persona.

Entonces hay lugar para la transformación.